viernes, 3 de febrero de 2012

Un instante

Me imaginé un instante contigo y fui feliz. 
Me gusta pensar que eres perfecto, aunque no lo eres; que me quieres, aunque no lo sabes; que me esperas, aunque nunca me he ido.
Y me adjudico tus palabras, las buenas y las malas, porque me pertenecen, porque me gusta ser tuya en secreto, porque no lo sabes.

Y estás por ahí buscando a quien te haga feliz porque no sabes que yo estoy en tu vida, aunque me escondo y no sé por qué. Y yo podría hacerte feliz como tú me haces a mí en secreto y  ojalá no fuera secreto, para que me dieras flores a veces o me dijeras que me quieres, pronunciando mi nombre, pero no puedo decirte que eres tú.

Y cuando te enojas, creo que es por mí. Cuando te duele, sé que es por mí, y si te sientes solo, sé que es mi culpa porque no te he dicho que estoy aquí contigo, que siempre estoy.

Y las canciones con las que sufres me hacen llorar a mí. Y las escucho todas, las siento, me pertenecen. Son mías, son de nadie. Las repito tantas veces, esperando escuchar mi nombre, pero no, porque no sabes que son mías.

Quizá si supieras de mí, estaríamos bien, o no te importaría. Pero hemos pasado por tanto que no sé cómo decirte que eres tú.

Eres tú, hoy quiero que lo sepas, aunque ni te enteres.


4 comentarios:

  1. Decidimos ser fantasmas de los buenos. Lo peor es cuando quieres ser real para alguien y terminas siendo uno. Me pasa.

    Te quiero.

    ResponderEliminar
  2. Me temo que debo confesarte que me imaginé a mi novia escribiendo eso para mí.

    Realmente me encantó.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. ¡Qué me ha encantado! Dan ganas de que todo el mundo lo lea o con que él lo lea estaría bien. Me fascina todo lo que escribes.

    ResponderEliminar