miércoles, 8 de junio de 2011

Por qué es malo salir con drogos de C.U

Era un Viernes de Octubre y hacía calor. Nos fuimos a perder a Ciencias, mientras jugaban futbol los profes buenaonda contra los cholos. Olía a mota y hippies.

Él sacó mota y me preguntó si quería, y acepté porque aunque no quieras, la mota nunca se niega. NUNCA, les digo. Me dijo que aprendiera a diferenciar la mota buena de la mala, porque la mala tiene hierbas y la buena semillitas padres, o algo así. Él tenía de la buena.

Sacó una manzana de su mochila y me enseñó a meterle mota. Dijo que así se fuma la mota en la calle, mientras caminas, porque parece que comes manzana. Ingenioso el drogo. Después, fumamos. Y como siempre, no me pego bien.

Me dijo que fueramos por cerveza, para acompañar la mota. Y fuimos y nos besábamos, medio drogados. Y regresamos a las Serpientes en el Espacio Escultórico y nos subimos a lo más alto, donde había más drogos y gente con cerveza.

Nos medio conocimos. Los dos psicólogos, él vivía solo y ya iba a acabar la carrera. También me dijo que le gustaba drogarse y mucho, que tenía mota, LSD, extasis, heroína y demás cosas padres para el alucine. Él hablaba mucho, pero no recuerdo qué más decía porque en mi cabeza solo pensaba que era muy guapo y que estaba padre estar con él en las Serpientes, tomando cerveza. Y nos tomamos de la mano y nos besamos otra vez.

Y así pasó la tarde, hasta que cambiamos de escenario a un jardín cerca del Universum. Lalalala, qué felíces por la mota. Y por los besos. Y él qué guapo, con su saco rojo y sus gafas oscuras. Se llamaba Eduardo, pero quería que le dijera Edu. Cada vez que yo decía algo padre, él decía "tsuuuuuu" o algo así, en señal de aprobación, como cavernícola, pero en guapo. Y en saco rojo.

Estábamos en el jardín, revolcándonos en el pasto. Me dio velitas de gelatina que traía en su mochila y decía que todo estaba bien padre y yo decía lo mismo. Y nos besamos otra vez. Me dijo que le gustaban mis ojos 

Y nos empezamos a abrazar fuerte, y a despeinarnos y a comer velitas. Todavía teníamos cerveza, así que nos pusimos bien felices. Y cayó la noche y nos besamos más intenso y bebimos más.

Ya ibamos de regreso y me acordé que tenía lunetas, para completar la felicidad. Y comimos lunetas camino a la parada del camión y de repente nos abrazábamos y nos besábamos bien padre. Nos mirábamos a los ojos, aunque no se veía nada por la oscuridad, pero sabíamos que nos estábamos mirando y nos decíamos cosas bonitas.

Y llegando a la parada, me dijo que tenía algo para mí. Pero no era mota, ni manzana, ni velitas. Era amor. Y me abrazó y me dio una paleta de chocolate en forma de rosa, de color morado. Y una notita, pero me hizo prometer que no la leería hasta que estuviera sola.

Entonces nos despedimos y no prometimos vernos nunca. Fue bonito.

Y llegué a mi casa y leí su nota. Era un cursipoemadrogado escrito por él con sus drogadas manos y hasta eso estaba bonito. Pero le falló una cosa: Puso Ema en lugar de Eva. 

No le volví a llamar, qué oso decirle que no me llamo Ema, que me llamo Eva y que me entendió mal en todo el día que estuvimos juntos.

Y por eso es malo salir con drogos de C.U, porque no recuerdan ni como te llamas.


Poema cursidorgado.

Poema cursidogrado visto desde atrás.

Hola EMA >:(
PD: Ojalá tuviera fotos del drogo en saco rojo, pero tampoco.

4 comentarios:

  1. wo0ow!!! q loko stuvo todo eso0 jejeje boniita anecdota jeje

    ResponderEliminar
  2. Orale ! Vamos al espacio a fumar !!! Yo no olvido nombrs jajajaja

    ResponderEliminar
  3. Eva y Ema no suenan tan igual, quizá le falló la letra o así escribía él.

    ResponderEliminar